Frente al paisaje social más oscuro y egoísta del Chile reciente, el poeta y cantor santiaguino levanta en su primer disco versos que ganan potencia junto a guitarras y secuencias a la vez furiosas y cautivantes. La última cena de los buitres es una de las publicaciones remecedoras de la temporada, gracias a una poesía musicalizada de fuerza atípica, como las inquietudes de quien las vocaliza: «Si me dicen “canta despacito”, ni sé cómo se hace».