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Mostrando las entradas etiquetadas como Tres Formas Del Odio

Reflexiones en torno a la capucha

En la calle fuimos perdiendo el miedo, y entre el humo nos reconocimos. Los ojos brillaron iguales tras cada pasamontañas y no hubo color, edad ni género. Nunca más importó quién enciende el fuego, porque siempre hubo alguien para hacerlo, porque cada fósforo es arrojado por tu mano, por mi mano, por la idea de ver arder la injusticia. Al reconocernos cada uno en el otro, dejamos de ser masa y nos hicimos multitud, nos hicimos invencibles, porque las personas mueren pero no cesa la lucha, porque nuestros hijos, como nuestros padres, también llevarán esta capucha roñosa y empapada de gases, generación tras generación. Cómo asesinar lo que no tiene rostro, se preguntan cada noche, esperando que esto pase. Pero no pasa, y cada mañana amanece iluminada por el fuego de nuestras barricadas, ya son años de levantar sueños mientras ellos intentan descansar, son años de construir la pesadilla que no los deja cerrar los ojos. Las pupilas brillantes, siempre acechando, tras los dos huecos que de...

Fiebre de sábado por la noche

Cuando a una sociedad la educas en la ignorancia que entregan las luces de neón, cuando el gran evento del fin de semana es el nuevo mall donde poder gastar la plata que no se tiene, cuando a las “fuerzas del orden” les cubres lo que para el resto de la sociedad es un lujo y no un derecho, como la educación, el techo y la salud, has sabido crear un monstruo.  Has creado las condiciones perfectas para que exista un guardián desclasado, ávido de defender tus intereses y no los de sus pares, le has asesinado el sentido de comunidad. No existe la empatía, simplemente no es posible. La determinación social, a pesar del aparataje, persiste. ¿Cómo no entender entonces la confusión de algunos que creen que el paco es el enemigo? Los carabineros, tanto como los "reaccionarios", son un síntoma del alcance que han logrado con su división. Importantes personas, en sillones importantes, con importantes reuniones, de derecha y de izquierda sin más, hacen que en las calles se enfrenten...

Tres Formas del Odio

“En una sociedad donde prima la cordura, la única libertad es la locura. La psicopatía latente es nuestra última reserva natural, un lugar de refugio para la mente en peligro de extinción.” (J.G. Ballard) Hay formas de adolescencia que pasan, propias de una edad, y otras que quedan en el cuerpo, en las formas, que acompañan incluso a la muerte. Adolecer, padecer, una enfermedad que crece y se impregna. Hay que estar enfermo para poder curarse. Yo no me he curado aún. A pesar de variados intentos, siempre creo que uno más será suficiente para quitármelos de encima. Hoy se cumplen dieciocho años desde esa primera vez. Dieciocho años escupiendo e insultando a dios, poniendo su nombre con minúscula como acto terrorista ortográfico, esperando provocar una mínima respuesta, esperando en vano una manifestación ínfima en el cosmos que lo subraye, pero nada pasa. El cobarde sigue impertérrito, inmutable. Av. Portugal. Miércoles. 2:oo a.m. Camino de regreso a mi departamento, sin prisa....

Uht/Ah/Peñi/Lamngen (Porque acá y allá)

"Amulepe taiñ weichan"  (Külapang) "(...) cantando nuestras canciones/ invadiendo las calles/ con nuestra ira (...)"  (Tawfiq Zayad)  Qué hace un hombre cuando la inocencia lo mira con los ojos vacíos. Qué puede responderle a un niño que le exige muerte. Cómo explicar los años, cuando el oído y el alma son testigos; cómo los siglos, cuando los repitieron sin vergüenza alguna. Siempre es tarea de otro, pero nosotros, los hijos de nadie, sobrellevamos el miedo que no los dejaron tragar. Lo volcamos en la fiesta de la calle su miedo, nos tomamos lo que les negaron, el carnaval. Y no se sorprendan si desta fiesta nace el fuego del lof, del fénix, la ira y se queman sus bancos (de causalidad) y se queman sus multitiendas y forestales (de causalidad) y se quema su tradición de invasión (de causalidad)  y se queman las calles poco a poco rodeando sus muros bastardamente preciosos. Porque el fuego que sembraron los suyos es el fuego que cosechamos hoy, la semilla...

Fragmento 2 de Tres Formas Del Odio

Aquí un segundo fragmento, más caliente, de lo que será la novela. Una vez a la semana, desde los quince hasta los dieciocho, tengo mi terapia de descarga. Me junto con Diego, Chapa, Arturo y Pepe a ensayar las canciones de nuestra banda. Escribo las letras y canto, más bien grito y escupo toda mi rabia al ritmo de melodías punk rock. Durante la semana aguanto como puedo las largas horas en el colegio. Los fines de semana me junto con mis amigos y la fiesta comienza. Ensayamos durante horas junto a otra banda punk, con la cual compartimos tocatas y escenarios. Las sesiones comienzan a las diez de la mañana y acaban cerca de las once de la noche. Junto con los primeros acordes se destapan las primeras botellas de cerveza, que son acompañadas de marraquetas que se multiplican solas. Los pitos nunca faltan. Una mediagua forrada de lienzos nos sirve de sala de ensayo y cobija la frustración de todo el grupo. Estamos lejos de ser una banda virtuosa, pero el fuego que emanamos al tocar, ...

Adelanto Tres Formas Del Odio

Este es un pequeño adelanto de lo que será la novela Tres Formas Del Odio. Humberto Maturana da una conferencia en Quinta Normal, a las nueve de la noche. El lenguaje como parte del proceso autopoiético del ser humano, formador de naciones y tradiciones. La necesidad de comunicar para reafirmar la existencia, el Yo proyectado en relación, materializado. Dice Maturana que las palabras nos tocan, la audición deriva del tacto, herencia de peces con agallas que perciben las vibraciones del agua. Las palabras nos rozan el oído, sólidas y acuáticas, sonidos, fonemas. El lenguaje, la palabra, el verso se hace arma, se dispara con precisión sobre su víctima. La escritura como medio-fin, la escritura como el todo, el poema de la nada colgando en sus pedestales. Escribir hasta el llanto, escribir por la sangre y desde ella, escribir sobre un vidrio empañado lo efímero del presente, con las tripas ansiosas gritando. Escribir hasta que el cenicero se vuelve una visión insoportable, escribir p...