“En una sociedad donde prima la cordura, la única libertad es la locura. La psicopatía latente es nuestra última reserva natural, un lugar de refugio para la mente en peligro de extinción.” (J.G. Ballard) Hay formas de adolescencia que pasan, propias de una edad, y otras que quedan en el cuerpo, en las formas, que acompañan incluso a la muerte. Adolecer, padecer, una enfermedad que crece y se impregna. Hay que estar enfermo para poder curarse. Yo no me he curado aún. A pesar de variados intentos, siempre creo que uno más será suficiente para quitármelos de encima. Hoy se cumplen dieciocho años desde esa primera vez. Dieciocho años escupiendo e insultando a dios, poniendo su nombre con minúscula como acto terrorista ortográfico, esperando provocar una mínima respuesta, esperando en vano una manifestación ínfima en el cosmos que lo subraye, pero nada pasa. El cobarde sigue impertérrito, inmutable. Av. Portugal. Miércoles. 2:oo a.m. Camino de regreso a mi departamento, sin prisa.