Toco tus labios solo a través de tu lata vacía o de esa colilla compartida en un segundo con la guardia baja con los pantalones a penas de qué pantalones hablamos cuando el género algodón, opción, satín, sentir, somos seres seremos mas nunca serenos. Entre los dedos la saliva virgen del inquieto del que sin conformarse entinta el costado el que se enjuga las manos antes de agarrar la pala que cavará la tumba en que tus huesos hinchados de angustia descansen al fin en manos amaestradas por la sangre del sinsangre. No pidas piedad a los versos del llanto no clames miseria donde el verso es el hambre no pidas cariño cuando es una excusa y solución no existe mi cara no aguanta otra mueca vacía, no quiere flores ni funerales grita y grita por lo que hay dentro de la duda escondida en tu mierda. Y qué ese hambre cuando es del alma y qué la mierda cuando es de adentro y qué la llaga cuando aún nos sangra y qué este verso cuando inconcluso...