Ni del juego me despido
ni de fuegos en los ojos
no confundan tus costillas
la aspereza de mis manos.
Es mi espanto el que te niego
la caída en el abismo
ser payaso en la tragedia
ser verdugo condenado.
Ni mi sangre por tu cima
ni mi grito por tu llanto
no la rabia no inocencia
del traidor bien traicionado.
ni de fuegos en los ojos
no confundan tus costillas
la aspereza de mis manos.
Es mi espanto el que te niego
la caída en el abismo
ser payaso en la tragedia
ser verdugo condenado.
Ni mi sangre por tu cima
ni mi grito por tu llanto
no la rabia no inocencia
del traidor bien traicionado.
Los muertos no necesitan
ResponderEliminaraspirina o
tristeza
supongo.
Pero quizás necesitan
lluvia.
No me gustan los anónimos... nunca. Las capuchas solo en el EZLN, no en el ciberespacio...jajaja.
ResponderEliminarlindos versos
gracias por compartir
entonces desencapuchemos las certezas
ResponderEliminarencapuchemos las dudas
y démosle nombre a los poetas.
Bukowski.