De las cuerdas de sus cuellos los despojaría
que de vuelta a la concha por creerse perlas.
No estuvo dios
ni estará mañana.
Bendición fue la de las uñas negras
-no la de sus muertos-
bajo el calor de la lluvia
"soy la luz orgullosa del hombre encadenado"
mi condena es mostrarles paso errante
desterrar sus ansias de ancla y poder
mientras pájaros lamen mis intestinos volcados.
Cesará esta luz cuando amanezca
y cada cielo se abandone al baile
de su tormento.
que de vuelta a la concha por creerse perlas.
No estuvo dios
ni estará mañana.
Bendición fue la de las uñas negras
-no la de sus muertos-
bajo el calor de la lluvia
"soy la luz orgullosa del hombre encadenado"
mi condena es mostrarles paso errante
desterrar sus ansias de ancla y poder
mientras pájaros lamen mis intestinos volcados.
Cesará esta luz cuando amanezca
y cada cielo se abandone al baile
de su tormento.
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