Más dentro que afuera te lleva mi cuerpo
subverso en tus manos hoy niego el olvido
resiste la carne inclemente el azote
de cuerdas clavadas y anzuelo reojo.
Se alzaron de tumbas tus piernas de noche
de día entregaron tus muslos la muerte
al que sin pedir nada perdió la cordura
rojiza en la arena de un puerto pirata.
Invierno de mares, verano de grises
el tiempo es reflejo y desata al incauto
del náufrago inmerso en relave abrasante
que nada a la contra del miedo y el frío.
Los brazos cansados se hunden apenas
el agua y las llagas despiden tu nombre.
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